JESÚS PERDONA A SUS VERDUGOS
Cuando le quedaban pocos minutos de vida, Jesús miró a los soldados que tanto lo habían golpeado y maltratado y lleno de amor por ellos exclamó a su Padre: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Jesús no supo de odios ni de venganzas, sólo de amor y de misericordia. Él perdonó a los soldados que lo habían azotado, empujado y clavado en la cruz. También perdonó a quienes se habían burlado de Él y lo habían hasta escupido. ¡Qué corazón más noble el de Jesús!
El perdonar a un amigo o a un hermano es el gesto más lindo del amor. Si perdonas mucho es porque amas mucho pero, aunque perdones poco, Dios te perdonará siempre.
Repite la siguiente oración:
“Perdono de corazón a todos los que me ha causado pena
perdono de verdad a todos lo que me han ofendido,
perdona Padre Bueno mis mentiras, mis flojeras,
mis faltas de respeto, todo el mal que he hecho
y todo el bien que he dejado de hacer. Amén.
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