SEPULTADO EN UNA TUMBA PRESTADA
Un hombre rico llamado José, que conocía a Jesús y era amigo suyo, le ofreció a María una tumba nueva para que lo sepultaran. Desclavaron el cuerpo muerto de Jesús y María lo recibió en su regazo. Lo besó con ternura de madre, lo envolvió en sábanas blancas ayudada por otras mujeres, le colocó perfumes y hierbas como se usaba en ese tiempo y luego lo pusieron en la sepultura.
Los hombres cerraron la tumba con una gran piedra. Y todos se volvieron a sus casas con una pena muy grande. Era el viernes a eso de las tres de la tarde.
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