SIMÓN, UN HOMBRE COMPASIVO,
UN HOMBRE BUENO
Simón era un campesino que seguramente venía del campo y se encontró con este espectáculo: un pobre hombre encorvado bajo el peso de una cruz, rodeado de soldados y una ruidosa multitud que vocifera y se ríe al mismo tiempo, mujeres y niños que lloran y tratan de acercarse al condenado a muerte y otros curiosos que no saben si alejarse o seguir en la procesión.
Los soldados viendo que Jesús se les muere en el camino obligan con rudeza a Simón a que le ayude, por un rato, a llevar la cruz. Es tan lamentable la figura de Jesús, que Simón, compadecido, le quita la cruz y la pone sobre sus espaldas. El venía cansado de su trabajo pero él se dice a sí mismo que siempre es posible ayudar a quien sufre y está en dificultades.