PALABRAS DE CONSUELO
PARA LAS MUJERES QUE LLORAN POR ÉL
Cerca ya del monte Calvario Jesús vio a un grupo de mujeres que lloraban sin consuelo por él. Eran mujeres que lo conocían bien y sabían todo el bien que había hecho en esos años por los enfermos, las viudas, los amigos. No merecía que lo trataran como a un delincuente. ¡Qué castigo más injusto y más cruel para un hombre que había pasado por la vida haciendo sólo el bien!
Jesús se dio el tiempo para detenerse unos segundos y consolarlas. “No lloren por mí” les dijo.
Y ellas, animadas por estas palabras de consuelo continuaron detrás de sus pasos hasta llegar al lugar mismo de la crucifixión.
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