LOS CLAVOS TRASPASAN SUS MANOS Y SUS PIES
Una vez que los soldados desnudaron a Jesús, lo hicieron recostar sobre la cruz y sin piedad le clavaron manos y pies. Luego, alzaron la cruz en medio de otras dos cruces donde yacían dos ladrones que también habían sido condenados a muerte. Uno de ello al ver a Jesús se arrepintió de sus pecados y le pidió que se acordara de él cuando estuviera en el cielo. Jesús le contestó: “Hoy día, estarás conmigo en el Paraíso”. Por lo menos este pobre ladrón murió con la esperanza de salvarse e irse al cielo.
No hay gesto más bonito que arrepentirnos de nuestras faltas y pedir perdón ¿no te parece?
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